8 de junio de 2015

VIABILIDAD DEL SUELO

La Viabilidad de suelo, vista como esa reunión de características que hacen de un terreno un espacio apto para el desarrollo de proyectos de diferente índole; es quizás el concepto mas interesante de comprender por su carácter integral dentro de la temática que estamos abordando.

Por un lado, analizamos este concepto desde la visión agrícola del mismo y para ello usaremos el concepto de Fertilidad. 



La Fertilidad, la podemos entender como la cualidad que resulta de una interrelación entre características físicas, químicas y biológicas del terreno en análisis que proporcionan los elementos necesarios para un adecuado desarrollo o crecimiento de las plantas (Sánchez, Javier)Es fundamental comprender que estas propiedades o características necesariamente deben trabajar conjunta y coherentemente, pues aunque un suelo tenga las mejores condiciones químicas, esto no lo hace un terreno viable para el crecimiento de plantas en las condiciones y  cantidades que las sociedades actuales requieren; es decir, son variables interdependientes (la proporción ideal –generalizada- en volumen está dada por 45-48% de partículas minerales, 5-2% de materia orgánica, 25% de aire y 25% de agua).

Por otro lado, si analizamos el concepto de Viabilidad desde la perspectiva de Infraestructura Civil tenemos que analizar necesariamente las Clasificaciones del Suelo por Textura.

En este caso es importante considerar que de la misma manera que las plantas requieren unas condiciones mínimas para su desarrollo y crecimiento sobre un determinado terreno, hay variables que hace de un suelo un lugar apto para la construcción de obras de infraestructuras seguras. Estos terrenos se caracterizan principalmente por componentes gruesos como rocas y gravas de diferentes grados, que brindan al terreno una mayor capacidad de carga pues existe un menor nivel de asentamientos o grado de compactación, lo que en otras palabras se entiende como una menor deformación del terreno. 

Lo anterior, aunque no se evidencie con tanta facilidad, implica la dependencia de una serie de propiedades químicas y biológicas, relacionadas por ejemplo con el tipo de procesos  orgánicos desarrollados al interior del terreno o el tipo de reacciones presentes entre los materiales o seres vivos inmersos en el sistema. 

De esta manera, un sistema por ejemplo con un alto nivel de humedad, es propenso a la existencia de sistemas vivos entre ellos plantas (en muchos casos maleza) y microorganismos  que con el paso del tiempo transforman las propiedades del terreno, adelgazando la textura de sus materiales, aumentando la cantidad de materia orgánica y en general reduciendo su capacidad de carga.